Nada Obradović renovates her house employed.

She is the initiator and participant in numerous humanitarian actions because, as she says, only if others are doing well she feels good. After accidentally learning that the youngest employee lives in an unfinished, inadequate house, Nadia responded to the plea of the craftsmen without pay or by lowering the price to the maximum. In two and a half months, the home was cozy, equipped, heating was installed, restoring faith in life, faith in people for the Čolić family. “My childhood was similar to Nikola’s and that prompted me to help that child in some way,” emphasizes Nada Obradović, an entrepreneur from Užice.

Gordana Šuljagić, a bookkeeper in the company, highlights: “She clearly and unambiguously communicates what she expects from us, what she wants, and on the other hand, she takes care of all of us in terms of our needs, problems.” In recent years, Nada has been active in the Association of Citizens Metropolitan Josif Cvijović from Drežnik, her native village. They dug a road and put a cross on Drežnik Gradina, persistent to finish the Banovski road from Drežnik to Rogami, which they fill at their own expense. “This would mean a lot for these villages, connect the municipalities of Čajetina with Požega and Arilje, Belgrade…

This village is known for raspberry production, and people are engaged in livestock farming,” adds Nada Obradović, president of the Association of Citizens Metropolitan Josif Cvijović, Drežnik. Nada is sparing with words but has a generous heart and unstoppable energy to ignite kindness. Ella es la iniciadora y participante en numerosas acciones humanitarias porque, según ella, solo si los demás están bien, ella se siente bien. Después de enterarse accidentalmente de que el empleado más joven vive en una casa inacabada e inadecuada, Nadia respondió a la súplica de los artesanos sin cobrar o reduciendo al máximo el precio.

En dos meses y medio, el hogar estaba acogedor, equipado, se instaló calefacción, lo que devolvió la fe en la vida y en la gente a la familia Čolić. “Mi infancia fue similar a la de Nikola y eso me impulsó a ayudar a ese niño de alguna manera”, enfatiza Nada Obradović, una empresaria de Užice. Gordana Šuljagić, contadora en la empresa, destaca: “Ella comunica clara y inequívocamente lo que espera de nosotros, lo que quiere y, por otro lado, se preocupa por todos nosotros en cuanto a nuestras necesidades, problemas”. En los últimos años, Nada ha estado activa en la Asociación de Ciudadanos Metropolitano Josif Cvijović de Drežnik, su pueblo natal.

Excavaron un camino y colocaron una cruz en Drežnik Gradina, persistentes en terminar el camino Banovski de Drežnik a Rogami, que rellenan a su propio costo. “Esto significaría mucho para estos pueblos, conectando los municipios de Čajetina con Požega y Arilje, Belgrado… Este pueblo es conocido por la producción de frambuesas y la cría de ganado”, agrega Nada Obradović, presidenta de la Asociación de Ciudadanos Metropolitano Josif Cvijović, Drežnik. Nada es parca en palabras pero tiene un corazón generoso y una energía imparable para fomentar la bondad.